Cuando pensamos en los accidentes laborales, en lo primero que pensamos es en el sector de la construcción, sin embargo, en las oficinas también se producen incidentes que obligan a sus empleados a darse de baja.
Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en España, en 2017 se registraron un total de 1.300.000 accidentes laborales, 583.425 con baja y 738.584 sin baja, lo que significa que cada día se producen en nuestro país 3.500 accidentes laborales. El dato más alarmante es el número de trabajadores que fallecieron el último año: 618. Hablamos de una media de 2 personas al día.
Las estadísticas muestran que estamos ante un grave problema que se podría prevenir poniendo en marcha las medidas oportunas. La prevención de riesgos laborales es fundamental en todas las empresas, pero no depende solo de las compañías, los trabajadores también deben estar formados e informados para desarrollar su actividad sin poner en riesgo su salud. Un accidente laboral, supone una lesión para el empleado con el dolor y sufrimiento que ello conlleva, pero también representa un coste elevado para la sociedad y para las empresas. La siniestralidad laboral en España constituye alrededor del 3% del PIB, lo que equivaldría a unos 12.000 millones de euros. Aunque, sin duda, el aspecto más importante es el componente humano y el impacto emocional que un accidente tiene para la persona que lo sufre, para su familia o para sus compañeros de trabajo.
Los accidentes in itinere en el punto de mira
Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en 2017 se produjeron 79.676 accidentes in itinere, aquellos que transcurren en el trayecto entre el domicilio del trabajador y su puesto de trabajo. Este tipo de accidentes de tráfico son una de las principales causas de siniestralidad laboral y además están suscitando una gran controversia debido a la aparición de nuevos métodos de transporte como el patinete o la bicicleta eléctrica. Según el Tribunal Supremo, las circunstancias para que se pueda declarar un accidente in itinere son:
- El accidente se ha producido al acudir o al regresar desde su puesto de trabajo.
- Durante el trayecto no se han hecho paradas entre el trabajo y el domicilio por actividades de interés personal.
- El vehículo utilizado es el habitual del trabajador.
- El accidente se ha producido durante el horario de trabajo.
Para prevenir este tipo de accidentes, las empresas pueden contribuir implantando unas sencillas medidas como, por ejemplo, ofrecer horarios flexibles de entrada y salida para que los trabajadores puedan evitar las horas de mayor volumen de tráfico. Otras opciones son fomentar el teletrabajo e incluso organizar rutas de empresa. Por su parte, los trabajadores también pueden contribuir a reducir la siniestralidad in itinere evitando situaciones de estrés y conduciendo con prudencia. Está demostrado que el estrés, las prisas y las distracciones son los principales causantes de los accidentes de tráfico, por tanto, a la hora de conducir es aconsejable que:
- Apague o silencie el teléfono móvil
- Salga con tiempo suficiente para evitar las prisas y el estrés
- Utilice el cinturón de seguridad
- Cumpla las normas de seguridad
Otro aspecto relevante a tener en cuenta para disminuir la tasa de accidentes in itinere es el uso del transporte público. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 58% de los trabajadores que sufre un accidente in itinere se desplaza a trabajar en turismo y un 34% lo hace en ciclomotor o motocicleta. Como hemos comprobado, la mayoría de los siniestros se producen en vehículos particulares, por lo que viajar en transporte público, siempre que se pueda, reduciría de forma notable el número de accidentes que se producen al ir y al volver del domicilio al puesto de trabajo.
Otros accidentes laborales
Al margen de los siniestros in itinere, los accidentes más habituales que se producen en el entorno laboral tienen que ver con los descuidos, la falta de orden o el incumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales. Para evitar la mayoría de ellos basta con aplicar en muchos casos el sentido común y tener una actitud proactiva hacía la prevención. Estos son los principales accidentes que se producen en el puesto de trabajo:
Caídas, resbalones, golpes y tropiezos: líquido derramado, una cajonera abierta, mobiliario mal dispuesto, son las principales causas de los accidentes en la oficina. Mantener el orden, los pasillos libres de obstáculos y señalizar las incidencias cómo, por ejemplo, un suelo recién fregado, serviría para evitar cualquier tipo de golpe o tropiezo.
Caídas desde la altura: las escaleras fijas son el origen de un gran número de siniestros laborales. En ellas ocurren alrededor de unos 5.000 accidentes al año y algunos causan lesiones muy graves. Las empresas deben prestar especial atención a una barandilla floja, un diseño incorrecto del trazado o una iluminación escasa de la zona, todos ellos son factores que pueden provocar una caída. Algunas medidas de prevención que puede tomar el empleado son tan sencillas como evitar subir o bajar las escaleras con prisas, no utilizar los pasamanos, llevar un calzado inseguro o utilizar el móvil mientras baja o sube.
Sobreesfuerzos físicos: una acción tan sencilla como coger el archivador que está en la zona más elevada de la estantería, puede jugar una mala pasada y acabar provocando una distensión en la parte inferior de la espalda. El sobreesfuerzo físico es otro de los accidentes más comunes en el entorno laboral. Para evitarlos es tan sencillo como utilizar una escalera portátil para alcanzar ese artículo, ojo, hemos dicho escalera, hay que evitar subirse a sillas, cajones u objetos similares. Y si no dispone de ella, pida ayuda a otro empleado. Pero, ¿y si el objeto que hay que coger está en el suelo? Una mala técnica a la hora de levantar un objeto también puede pasarle factura. Agacharse, doblando las rodillas y cargar el objeto evitará una lesión en la zona lumbar.
Contacto con la instalación eléctrica: en una oficina encontramos ordenadores, teléfonos, enchufes, cables y por eso no es de extrañar que más de 2.000 accidentes al año se deban al contacto con la electricidad. Para prevenir calambrazos o descargas eléctricas más importantes que supongan un riesgo para la salud hay que evitar dejar cables atravesando pasillos o lugares de paso. Para ello, es conveniente instalar los aparatos en enchufes cercanos para no tener que utilizar extensiones. Y por favor, nunca toque un cable o enchufe con las manos mojadas, se sorprendería del número de accidentes que se han producido por ese motivo.
Cortes y pinchazos: en este caso, ante todo, impera el sentido común, guarde las tijeras una vez utilizadas, no deje la guillotina levantada tras cortar los folios, utilice un quita grapas para separar los documentos. Los materiales cortantes y punzantes abundan en las oficinas, hacer un buen uso de ellos le evitará muchos cortes y pinchazos.
Estrés laboral: el estrés y la ansiedad también se consideran accidentes laborales. De hecho, son una de las principales causas de baja laboral. Estos estados no solo afectan a la salud mental del trabajador también pueden derivar en problemas cardiovasculares, gastrointestinales, dolores de cabeza, trastornos del sueño etc. Además, el estrés laboral está asociado con una reducción de la productividad lo que afecta negativamente a la empresa ocasionando pérdidas millonarias. Para evitar el síndrome de Burnout o del trabajador quemado hay que generar un clima de trabajo agradable en la oficina, fomentar el trabajo en equipo y reconocer el esfuerzo de los empleados.
En definitiva, la mayoría de estos accidentes pueden evitarse con:
- Un espacio ordenado y limpio para evitar golpes y caídas.
- Identificando los elementos que pueden suponer un riesgo para la salud, escaleras mal iluminadas, objetos cortantes, cables por los suelos, etc.
- Información y formación a los empleados en materia de prevención de riesgos laborales.
- Una actitud proactiva hacía la prevención.
Siguiendo estos sencillos consejos se puede crear un entorno laboral más seguro.