En general, los pacientes alérgicos no tienen mayor riesgo de contraer la infección por el SARS-CoV-2 (Coronavirus tipo 2 causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo) que origina la enfermedad conocida como COVID_19 (COVID) ni tampoco de desarrollar una infección más grave, pues las funciones defensivas de su sistema inmunitario (defensivo) están, al respeto, debidamente preservadas. Pero los pacientes asmáticos si deben extremar las precauciones, ya que cualquier infección respiratoria, vírica o de otra naturaleza, podría desestabilizar o agudizar su enfermedad.
¿Cómo pueden diferenciarse los síntomas de la alergia de los debidos a la infección por Coronavirus?
Los síntomas de la COVID pueden ser de tipo catarral leves o moderados, aunque con frecuencia recuerdan a los de la gripe. Las molestias más habituales de la infección por coronavirus son fiebre, tos seca, cansancio, malestar general y dolores musculares, y, más infrecuentemente, dolor de garganta y de cabeza, conjuntivitis, diarrea, perdida del olfato (anosmia) y del gusto (ageusia) y erupciones cutáneas. La pérdida del olfato y del gusto pueden percibirla también ciertos pacientes alérgicos crónicos, en los que además haya inflamación sinusal (sinusitis y/o poliposis) concomitante.
La rinitis alérgica se manifiesta con picor nasal y de ojos, estornudos repetidos, mucosidad acuosa y congestión nasal, de instauración más o menos repentina. Si se asocia asma bronquial a esta sintomatología se puede añadir tos, ruidos respiratorios sibilantes, dificultad respiratoria y opresión torácica, siendo las manifestaciones clínicas de la infección por Coronavirus en los asmáticos iguales a las que presenta la población normal.
Cabría la posibilidad de observar cierta superposición entre la sintomatología de la alergia y la agudización asmática y la de la COVID. Algunos síntomas alérgicos (particularmente si hay afectación bronquial y dificultad respiratoria) podrían confundirse con los de la infección por Coronavirus, siendo un dato diferencial importante, para distinguir ambas entidades, la presencia o no de FIEBRE asociada, de manera que en el asma y la rino-conjuntivitis alérgicas no hay fiebre ni otros síntomas de afectación del estado general. Por otra parte, en la enfermedad alérgica puede observarse una variación ambiental de la sintomatología (los alérgicos a pólenes mejoran en el ambiente domestico y los sensibilizados a alérgenos domésticos –como ácaros o epitelios-, mejoran al aire libre); además, el tiempo (meteorología) o la localización geográfica pueden influir también en la presentación de la sintomatología alérgica. Por otra parte, los síntomas alérgicos naso-oculares mejoran clara y rápidamente con antihistamínicos, y los bronquiales (incluida la dificultad respiratoria) con broncodilatadores.
¿Cómo afecta la infección por Coronavirus a los pacientes asmáticos?
En cualquier paciente asmático, especialmente en los que la enfermedad no esté bien controlada, las infecciones virales pueden aumentar la inflamación bronquial y precipitar crisis asmáticas. Por esta razón, aunque los asmáticos no tiene mayor riesgo de contagio por Coronavirus, es muy importante cumplir correctamente el tratamiento antiasmático para reducir el riesgo de descompensación que puede provocar cualquier viriasis, incluida la inducida por este virus.
El tratamiento farmacológico de los pacientes infectados por Coronavirus, es esencialmente el mismo que el de cualquier otro asmático, debiendo tener sólo precaución con el uso de nebulizadores en las crisis, ya que podrían contribuir a la diseminación del virus, por lo que se recomienda no usarlos. Por otra parte, los medicamentos utilizados para el tratamiento de la COVID (antivirales, corticoides, fármacos biológicos, etc.) pueden emplearse también en los pacientes asmáticos sin problemas.
¿Qué consejos deben indicarse a los pacientes alérgicos con respeto a la COVID?
Los pacientes alérgicos, en particular los asmáticos, deben ser cuidados y disciplinados en el cumplimiento de las medidas generales de prevención del contagio por Coronavirus, esto es: lavado de manos frecuente, disminución de las relaciones interpersonales innecesarias, empleo de mascarillas, realizar una adecuada ventilación ambiental, y mantenimiento de la distancia de seguridad, con el fin de evitar el contagio con posibles infectados.
Por el picor naso-ocular que pueden sufrir los alérgicos es muy importante que realicen el tratamiento (colirios, sprays nasales, soluciones de lavado nasal) recomendado, con el fin de evitar tocarse los ojos y la nariz, extremando la higiene de manos cuando se vayan a aplicar los fármacos tópicos, y utilizar pañuelos desechables.
Los pacientes alérgicos, tanto adultos como niños, es aconsejable que, como todos, utilicen mascarillas. Las indicadas para los alérgicos son las de protección FFP2 y FFP3, que protegen tanto de la exposición a alérgenos ambientarles (pólenes, por ejemplo) como a los virus, disminuyendo además la exposición a contaminantes químicos atmosféricos. En todos los casos las mascarillas deben colocarse correctamente, cubriendo tanto la nariz como la boca, evitando que las fosas nasales queden al descubierto.
Con respecto a los consejos de desalergenización, deben cumplirse los que le haya recomendado el alergólogo, en función de cual sea el alérgeno responsable de la enfermedad. En el ambiente domestico deberá realizarse una adecuada ventilación de la casa, evitando (los alérgicos a los pólenes) realizarla entre las 12 y 17 horas, debido a la mayor cantidad de polen atmosférico en este periodo, por la mayor luminosidad y temperatura. Los purificadores de aire y los filtros pueden ser de utilidad, siempre que la ventilación se realice adecuadamente.
Las vacunas antialérgicas pueden continuar administrándose. Las sublinguales según la pauta indicada y como en condiciones normales. Las vacunas subcutáneas deberán inyectarse en un Centro Medico por lo que se valorará, en cada caso y según las circunstancias, la conveniencia de acudir al Centro Sanitario; si hubiera habido demora en su administración el alergólogo realizará el ajuste de dosis que considere oportuno.
Se recomienda, finalmente, la administración de vacuna antigripal, tanto en los niños como en los adultos, especialmente en los pacientes asmáticos.
Dr. MANUEL DE BARRIO. Médico Alergólogo. UECA.