Cómo tener una buena salud emocional
Lo primordial para tener una buena salud emocional es ser consciente de las propias emociones para después poder analizarlas y tratarlas logrando así una vida plena.
En estos momentos en los que la salud mental es aún más importante y que, según las últimas encuestas el 36,6% de los españoles encuestados cree que su salud mental ha empeorado en el último año, vemos muy necesario ayudarte a conseguir una buena salud emocional.
Pasado el encierro de la pandemia en el que irremediablemente tuvimos que hacer un parón en nuestras vidas con todo lo que supuso y las secuelas que ha dejado, ya casi hemos vuelto a nuestra vida de antes. Vacunados o inmunizados en su mayoría, hemos vuelto a la normalidad, a la rutina, a la locura de la vida diaria.
El frenético que hacer diario nos hace pasar por la vida volando, como si no fuera nuestra propia vida. No nos damos cuenta a veces ni de lo que hacemos y mucho menos aún de lo que sentimos.
Tenemos que pararnos un momento y buscar en nuestro interior y ver que es lo que pasa ahí dentro.
1. Parar el tiempo
Hay veces que la vida nos hace parar y nos deja tiempo para mirar dentro de nosotros, pero hay otras en las que nos parece imposible. Es en esos casos en los que debemos parar. Ahora bien, ¿cómo lo hacemos?
Lo primero es encontrar el momento y el lugar adecuados. Sin prisas y en un lugar silencioso sin interrupciones posibles, sin móvil, sin gente. Puede ser el campo, un parque o incluso tu bañera mientras te das un baño relajante.
2. Introspección
Repasa sin prisa tus sentimientos, escucha lo que tu mente quiere decirte y se honesto. Sea lo que sea lo que sientes, acéptalo y abrázalo.
Una vez que eres plenamente consciente de lo que sientes debes aceptarlo, no puedes aceptar lo que no conoces. Las emociones no hay que luchar contra ellas, son humanas, pertenecen a nuestra realidad y nos ayudan a procesar nuestro entorno, nuestra vida diaria, los eventos que en ella acontecen.
Si estas triste, es normal sentir rabia, pero muchas veces estamos molestos o reaccionamos de un modo poco habitual y no nos damos cuenta del motivo, no vemos que lo que hay detrás de nuestro comportamiento es esa rabia que nos lanza por un camino difícil.
Cuando descubrimos el origen, la razón de ser de nuestras acciones, ese sentimiento tan profundo, es cuando tenemos que comenzar a trabajar en él, ahí llega el momento más difícil.
¿Qué es un pensamiento negativo?
La buena salud mental está relacionada con los pensamientos positivos y la mala salud mental con los negativos, es por ello por lo que lo primero que debemos hacer es definir qué es un pensamiento negativo.
Un pensamiento negativo es una imagen, idea o frase enunciada mental o verbalmente, que lleva implícita una connotación no favorable del contexto en que se produce o la situación deseada. A lo largo del día somos capaces de crear aproximadamente 60.000 pensamientos, de los cuales el 95% surgen de forma automática, siendo similares en días consecutivos, y de ellos, el mayor porcentaje son negativos (80%).
Cada pensamiento genera a nivel cerebral la liberación neurotransmisores y neurohormonas, que desencadenan en el organismo una respuesta que será más o menos agradable en función del tipo de sustancia liberada.
Cuando pensamos negativo, sentimos negativo
En el momento en que nuestros pensamientos se dirigen hacia aspectos signifiquen algo negativo para nosotros, la experiencia psico-fisio-emocional será también negativa. En ese caso las emociones vinculadas a ella como el miedo, la ira, la rabia, la frustración también lo serán.
3. Identifica los pensamientos innecesarios
En lugar de rechazar los pensamientos negativos, permítete sentirlos y después reemplázalos por positivos. Ahí está la dificultad real, el sobreesfuerzo que debes hacer.
Primero debemos identificar aquellos pensamientos que no nos aportan valor y debemos soltar como “yo no puedo”, “es culpa de los demás”, “debería hacer esto o aquello”, “para los demás es todo más fácil”, … Razónalos y te darás cuenta de que no reflejan la realidad ni te ayudan a luchar por lo que deseas, no resuelven.
4. Trabaja en positivo
Lo segundo será reemplazar un pensamiento negativo por uno positivo es lo más difícil que tendremos que hacer. No se trata de engañarnos a nosotros mismos y obviar lo negativo, se trata de enfatizar lo positivo. Es esfuerzo real estará en alimentar los pensamientos positivos.
¿Cómo trabajo en positivo?
Para convertir el pensamiento negativo en pensamiento positivo y cambiar así tu vida debes crear un hábito nuevo. Crear un pensamiento positivista y optimista no se hace de un día para otro, hay que trabajarlo dedicándole tiempo y practicando.
1º. Identifica las áreas para cambiar.
Identifica las áreas de tu vida en las que sueles pensar de forma negativa y enfócate en una sola para empezar.
2º. Evalúate
De a poco detente y evalúa tus pensamientos, si no son los correctos, trata de encontrar la forma de darles un giro positivo.
Comodines o ayudas para trabajar en positivo
El Humor
Para cambiar tu forma de pensar, para ser positivo puedes ayudarte del humor, ríete de la vida, piensa en que puede que el asunto no sea tan importante como te parece. La risa elimina el estrés y ayuda a ver la vida de otra manera.
Ejercicio y alimentación
La alimentación y el ejercicio son los pilares fundamentales para mantener una buena salud física y mental. Mantener un estilo de vida saludable también puede ayudarte, el ejercicio y una buena alimentación son claves para tener un estado de ánimo positivo y reducir el estrés.
El sueño
Dormir las horas adecuadas es fundamental, nuestra mente no puede trabajar de forma adecuada si no está recargada, nuestro cerebro necesita dormir un número de horas determinado. En los niños lo vemos claro, cuando están con una rabieta enseguida nos damos cuenta de lo que tienen en realidad es sueño. Pero en los adultos es otro cantar, por ejemplo como conductores, si no dormimos lo suficiente tendemos a ser más agresivos o más despistados.
Rodéate de gente positiva.
Las personas positivas te van a dar consejos y opiniones útiles además de ayudarte a ver las cosas desde un punto de vista positivo. Cuando vives en familia puedes conseguir incluso que todos tengan una buena salud familiar lo que revertirá en tu propia salud personal.
Quiérete, Trátate con buenas palabras
Habla contigo buenas palabras, di cosas bonitas, anímate. Refuerza lo bueno que tienes, háblate de aquello en lo que eres mejor. Quiérete, cuídate y trátate con amor. Incluso puedes escribirlo en tu diario o agenda, y repasarlo de vez en cuando.